Crónica española de la peregrinación 2023 / Chronique espagnole du pèlerinage 2023

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El día 4 amaneció turbio y como ya es constumbre quedamos en los Baños de Panticosa en el refugio de Casa de Piedra. Antes de salir para hacer tiempo y esperar a todos nos tomamos un café mientras nos reencontramos con viejos amigos. A las 8:45 empezamos la marcha 6 personas: Fernando, Gustavo, Manolo, Imano, José Miguel y un servidor, Eduardo.

Mientras subíamos, nos empezaba a llover tímidamente al principio, aunque ya pasando la cuesta del fraile y casi a la altura del refugio de Bachimaña empezó a mezclarse viento con una intensa lluvia por lo que a las 10:15 decidimos refugiarnos hasta que amainara. Encontramos el refugio lleno de gente que estaba en la misma situación que nosotros y allí hablando con unos y otros conocimos a dos chicos de Vizcaya que se llamaban Mikel y Eleder, y tras contarles la peregrinación que estábamos haciendo nos sorprendieron coincidiendo con nosotros en el mismo trayecto (dormían esa noche en Wallon y al día siguiente afrontaban la Gran Facha).

A las 11:45 y sin mucho optimismo de que hubiera escampado por completo decidimos continuar nuestro camino. Gracias a un buen ritmo de andada pudimos llegar en seguida al collado de Marcadau y poco después a Wallon sin más contratiempos que alguna parada para comer algo rápido. A las 15:15 llegamos al refugio francés donde cogimos fuerza con una cerveza y aprovechamos para descansar un poco.

A las 18:00 acudimos a la ermita de al lado del refugio para celebrar la Eucaristía donde ya nos encontramos con el grueso del grupo francés con tantas caras conocidas, después realizamos la ya famosa sesión de fotos con la ermita y los picos de fondo y nos fuimos a cenar. Mientras tanto iban llegando poco a poco algunos compañeros españoles que venían desde Pont d`Espagne: Silvia y Andŕe y también Guillermo y María a los que les acompañaba un intrépido aventurero de 9 años llamado Adrián.

En la cena nos juntamos con Mikel y Eleder y estuvimos barajando opciones de cómo afrontar la cima al día siguiente en los distintos casos de cómo estuviera la meteo. Sobre las 20:30 ya cenados y en el propio comedor improvisamos la mítica velada. Cantamos en francés, en español y hasta en euskera. Desde el grupo español aún siendo menos dejamos el pabellón musical alto. A las 22:00 terminamos toda actividad y nos fuimos a la cama ya que el sábado nos tendríamos que despertar para el desayuno a las 6:00.

El día 5 amaneció casi sin nubes y pintaba mejor temperatura, con lo que a las 6:30 ya estábamos desayunados y saliendo rumbo al collado. Con buen ritmo llegamos al collado algo antes de las 9:00 y echando en falta al grupo de españoles que venían desde Respomuso hicimos la bendición de material y comenzamos la ascensión por la arista.

Una vez en la cima nos encontramos con una trío de españoles que subían desde los ibones de Pecico, eran Manuel, Noelia y José Manuel. Noelia y José Manuel celebraron más tarde que hacía 25 años que se habían conocido y 17 que se habían casado. Al no poder esperar mucho más a los españoles que subían desde Respomuso iniciamos la celebración de la Eucaristía en francés y finalizando esta ya al fin llegó el grupo con D. Pedro Estaún, José Enrique, Juanjo y Andrés y Jesús. Ellos después se quedaron a celebrar la Eucaristía en español.

Después de esto y viendo que se levantaba alguna racha de viento fuerte, el grupo que volvíamos a Panticosa tuvimos que empezar el descenso por los ibones de Pecico, llegando sin problemas a los coches a las 17:30 para tomarnos la cerveza reparadora y fresca que con bastante esfuerzo nos habíamos ganado.


Crónica de d. pedro estaún

Doy gracias a Dios por haber celebrado otra vez la Misa el pasado día 5 de agosto, festividad de Nuestra Señora de las Nieves, en la cima de la Gran Facha a más de 3000 metros de altitud. Y lo agradezco por muchas razones, una de ellas porque tengo ya 75 años y aunque esa ascensión requiere bastante esfuerzo la he realizado sin especiales problemas.

Son muchas las veces que he participado en esta celebración anual. La primera vez fue en 1994. A partir de entonces subía todos los años, casi sin excepción. Lo hacía habitualmente pernoctando en Wallon y participando en los actos que allí se tienen en la tarde del día 4. En 2013 me fui a vivir a Suiza y durante años no pude subir. Ahora he regresado a España y tanto el año pasado como este he retomado esta bonita tradición.

Este año he subido por Respomuso. Había reservado cinco plazas en el refugio con tiempo porque me consta la gran demanda que en esas fechas tienen. Subí con José Enrique Mora, Juanjo Salort, Andrés Abellanas y su hijo Jesús de 14 años. La subida desde La Sarra no fue muy agradable porque llovía continuamente. La realizamos en algo menos de tres horas. Al llegar nos secamos y esperamos a la cena que era a las 19,30 h. Pude entonces saludar y fotografiarme con Dawa, sherpa del Valle de Khumbu, en el Himalaya, que ahora trabaja como cocinero en ese refugio y del ya tenía noticias.

Tras la cena nos fuimos al dormitorio donde dormimos muy bien. El desayuno al día siguiente fue a las 6,30. Nos preparamos y comenzamos la subida. Nos retrasamos y llegamos al collado después de las 9,30, sabiendo que ya estarían allí reunidos los franceses. No teníamos ninguna información de cuantos habrían ascendido desde Wallon, pero presentíamos que no muchos. En todo el trayecto no encontramos nada de nieve. Recuerdo algunos años que había que cruzar con cuidado un largo nevero encima del ibón más alto. Al llegar al collado, allí estaba Jean Marc, el presidente francés de la Asociación. Nos dimos un gran abrazo y nos dijo que el grupo ya había iniciado la subida a la cima. Entre ellos iba l’abbé Merillon. Poco después él inició la subida para anunciar que nosotros llegaríamos después.

Descansamos un poco, procedimos a la bendición de nuestro material de montaña e iniciamos después la subida. Encontramos una novedad. Normalmente la ascensión la hacíamos siempre por la arista con vistas a los dos valles, el francés y el español, pero comprobamos que el itinerario había sido marcado con unas señales con pequeño círculo amarillo y que conducían por uno de los barrancos que bajan de la cima. Las seguimos y comprobamos que el itinerario era bueno.

Llegamos a la cima sobre las 11,45 h y nuestra sorpresa fue que ya habían iniciado la Misa. No nos agradó, pues aunque estaba prevista para las 11,30 h, tenían noticia de que nosotros llegaríamos. El grupo que allí encontramos era de unas veinte personas, la mayoría viejos conocidos. Este año no había subido Javier Martínez Mallén, presidente de la Asociación española porque tenía una boda ese día. Estaba sin embargo Eduardo, el nuevo secretario. Nos incorporamos al finalizar su celebración y procedimos a la ceremonia civil y recuerdo de los caídos en la montaña en este año. Entre ellos recordamos al sacerdote guipuzcoano Joxean Larrañaga, que falleció en la Ripera, Panticosa, muy cerca de donde estábamos y pocos días antes. Hubo después una simpática ceremonia: Noelia y José Manuel, repitieron delante todos la renovación de su relación de hace 25 años. Ella depositó después un sencillo ramo de flores en la imagen de la Virgen que ha sido allí colocada hace unos días por un grupo de jóvenes franceses.

A continuación nosotros celebramos nuestra Eucaristía con un fuerte viento pero sobre el altar de piedra que conserva una cierta protección. Renovamos el sacrificio de la muerte y resurrección de Jesucristo que, como bien sabemos, tiene un valor infinito. Éramos conscientes de que estábamos dando gloria a Dios en esa altura ligeramente superior a los 3000 metros.

Nos alegramos al encontrar una nueva imagen de la Virgen que ha sido recientemente colocada en la hornacina. La instalaron allí un grupo de franceses dirigidos por el P. Gaspard Crapet de Ars, pocos días antes cuando se dirigían hacia Portugal para participar en la JMJ. Con un grupo de 164 jóvenes hicieron un recorrido de montaña por el Pirineo y prácticamente todos subieron a la cima el pasado 27 de julio. Evidentemente no todos estuvieron en la cumbre al mismo tiempo, no hay espacio. Lo hicieron por grupos y una vez en la cima el sacerdote les impartía una bendición a su llegada. Dejaron allí la imagen fuertemente asegurada y esperemos que no haya vándalos que la destruyan como han hecho con tantas otras.

Durante la celebración de la Misa llegaron a la cima dos jóvenes gendarmes franceses, con sus uniformes azules. Al finalizar la ceremonia tuvimos con ellos una amena conversación. Nos dijeron que eran de la guardia del Valle y que procedían de Casterets.

El regreso hasta el collado lo hicimos con la prudencia que ese tramo requiere en el que ha habido tantos accidentes, varios de ellos mortales, uno de ellos hace pocos meses. Nos cruzamos con varios montañeros españoles o franceses que subían. Como siempre intercalábamos unas palabras de saludo o de ánimo. Recuerdo que a una pareja que ascendía les pregunté si eran franceses o españoles, y la chica me dijo de una manera bastante tajante: “Somos vascos”. No quise decir nada y continué mi descenso.

Tras una ligera comida comenzamos la bajada hasta La Sarra, que es larga y a mí se me hizo penosa. Bordeamos el ibón de Campoplano y evitamos el paso por el refugio. Pienso que retrasé a mi grupo por mi lento caminar en los últimos tramos del sendero. Llegamos a los coches alrededor de las 9 de la noche. Estábamos cansados, pero con la satisfacción de haber celebrado la Misa en la cima y no haber tenido ningún incidente. Ignoro si el próximo verano subiré. Eso solo Dios lo sabe.

Pedro Estaún

7 de agosto de 2023


Le 4 août s’est levé sous les nuages et, comme d’habitude, nous nous sommes retrouvés au refuge Casa de Piedra dans les Baños de Panticosa. Avant de partir, pour prendre le temps d’attendre tout le monde, nous avons pris un café tout en retrouvant de vieux amis. À 8 h 45, nous sommes partis à six : Fernando, Gustavo, Manolo, Imano, José Miguel et moi-même, Eduardo.

Au fur et à mesure que nous grimpions, il a commencé à pleuvoir timidement, mais une fois que nous avons passé la pente du frère et presque à la hauteur du refuge Bachimaña, le vent a commencé à se mélanger à une pluie intense, de sorte qu’à 10 h 15, nous avons décidé de nous abriter jusqu’à ce qu’il s’adoucisse. Nous avons trouvé le refuge plein de gens qui étaient dans la même situation que nous et là, en discutant entre nous, nous avons rencontré deux gars de Biscaye, Mikel et Eleder, et après leur avoir parlé du pèlerinage que nous faisions, ils nous ont surpris en se joignant à nous sur le même chemin (ils dormaient cette nuit-là à Wallon et le lendemain ils étaient face à la Gran Facha).

A 11h45 et sans grand optimisme quant à l’éclaircie, nous décidons de poursuivre notre route. Grâce à un bon rythme de marche, nous avons pu atteindre le col du Marcadau en un rien de temps et peu après Wallon sans autre incident qu’un arrêt pour manger rapidement. A 15h15, nous sommes arrivés au refuge français où nous avons bu une bière et profité de l’occasion pour nous reposer un peu.

A 18h00, nous nous sommes rendus à l’ermitage à côté du refuge pour célébrer l’Eucharistie où nous avons retrouvé le gros du groupe français avec tant de visages familiers, puis nous avons fait la désormais célèbre séance photo avec l’ermitage et les sommets en arrière-plan et nous sommes allés dîner. Pendant ce temps, quelques compagnons espagnols arrivaient petit à petit de Pont d’Espagne : Silvia et Andŕe ainsi que Guillermo et María qui étaient accompagnés d’un intrépide aventurier de 9 ans appelé Adrián.

Au dîner, nous avons rejoint Mikel et Eleder et nous avons discuté des options pour attaquer le sommet le lendemain en fonction des conditions météorologiques. Vers 20 h 30, nous avons dîné et, dans la salle à manger, nous avons improvisé la soirée mythique. Nous avons chanté en français, en espagnol et même en basque. Le groupe espagnol, bien que moins nombreux, a laissé flotter le drapeau musical. A 22h00, nous avons terminé toutes les activités et nous sommes allés nous coucher car le samedi nous devions nous réveiller pour le petit déjeuner à 6h00.

Le 5 août s’est levé presque sans nuages et la température était meilleure, donc à 6h30 nous étions déjà en train de prendre notre petit déjeuner et de nous diriger vers le col. Avec un bon rythme, nous sommes arrivés au col juste avant 9h00 et, manquant le groupe d’Espagnols venus de Respomuso, nous avons béni l’équipement et commencé l’ascension le long de l’arête.

Une fois au sommet, nous avons rencontré un trio d’Espagnols venant des ibones de Pecico, Manuel, Noelia et José Manuel. Noelia et José Manuel ont célébré plus tard les 25 ans de leur rencontre et les 17 ans de leur mariage. Comme nous ne pouvions pas attendre plus longtemps les Espagnols qui venaient de Respomuso, nous avons commencé la célébration de l’Eucharistie en français et à la fin de celle-ci, le groupe est arrivé avec D. Pedro Estaún, José Enrique, Juanjo, Andrés et Jesús. Ils sont restés pour célébrer l’Eucharistie en espagnol.

Après cela et vu que des vents forts se levaient, le groupe qui retournait à Panticosa a dû commencer la descente par les lacs de Pecico, arrivant sans problème aux voitures à 17h30 pour boire la bière rafraîchissante et fraîche que nous avions gagnée avec beaucoup d’efforts.


Chronique de M. Pedro Estaún

Je remercie Dieu d’avoir célébré une nouvelle fois la messe le 5 août, en la fête de Notre-Dame des Neiges, au sommet du Gran Facha, à plus de 3 000 mètres d’altitude. Je suis reconnaissant pour de nombreuses raisons, notamment parce que j’ai déjà 75 ans et que, bien que cette ascension demande beaucoup d’efforts, j’y suis parvenu sans problème particulier.

J’ai participé à cette célébration annuelle à plusieurs reprises. La première fois, c’était en 1994. A partir de là, j’ai grimpé chaque année, presque sans exception. Je passais généralement la nuit à Wallon et participais aux manifestations organisées le soir du 4. En 2013, je suis allé vivre en Suisse et pendant des années, je n’ai pas pu grimper. Aujourd’hui, je suis de retour en Espagne et j’ai repris cette belle tradition l’année dernière et cette année.

Cette année, j’ai grimpé par le Respomuso. J’avais réservé cinq places au refuge à l’avance car je sais qu’il y a une forte demande à cette époque de l’année. J’ai grimpé avec José Enrique Mora, Juanjo Salort, Andrés Abellanas et son fils Jesús, âgé de 14 ans. La montée depuis La Sarra n’a pas été très agréable car il pleuvait sans arrêt. Nous l’avons faite en un peu moins de trois heures. À l’arrivée, nous nous sommes séchés et avons attendu le dîner, qui était prévu à 19 h 30. J’ai alors pu saluer et prendre une photo avec Dawa, un Sherpa de la vallée du Khumbu dans l’Himalaya, qui travaille maintenant comme cuisinier dans ce refuge et dont j’avais déjà entendu parler.

Après le dîner, nous sommes allés au dortoir où nous avons très bien dormi. Le lendemain, le petit déjeuner était prévu à 6h30. Nous nous sommes préparés et avons commencé l’ascension. Nous avons été retardés et sommes arrivés au col après 9h30, sachant que les Français y seraient déjà rassemblés. Nous n’avions pas d’information sur le nombre de personnes qui avaient grimpé depuis Wallon, mais nous avions l’impression qu’ils n’étaient pas nombreux à l’avoir fait. Tout au long de la montée, nous n’avons pas trouvé de neige. Je me souviens que certaines années, nous avons dû traverser avec précaution une longue congère au-dessus du lac le plus haut. Lorsque nous sommes arrivés au col, Jean Marc, le président français de l’association, était là. Nous nous sommes embrassés et il nous a dit que le groupe avait déjà commencé l’ascension du sommet. Parmi eux se trouvait l’abbé Merillon. Peu après, il a commencé l’ascension pour annoncer que nous arriverions plus tard.

Nous nous sommes reposés un peu, avons procédé à la bénédiction de notre équipement de montagne et avons commencé l’ascension. Il y avait quelque chose de nouveau. Normalement, nous grimpons toujours le long de la crête qui surplombe les deux vallées, la française et l’espagnole, mais nous avons remarqué que l’itinéraire avait été balisé par des panneaux avec un petit cercle jaune menant à l’un des ravins qui descendent du sommet. Nous les avons suivis et avons constaté que l’itinéraire était bon.

Nous sommes arrivés au sommet vers 11 h 45 et nous avons été surpris de constater que la messe avait déjà commencé. Nous n’étions pas contents, car même si elle était prévue à 11h30, ils savaient que nous allions arriver. Le groupe que nous avons rencontré était composé d’une vingtaine de personnes, pour la plupart de vieilles connaissances. Cette année, Javier Martínez Mallén, président de l’association espagnole, n’était pas venu car il avait un mariage ce jour-là. En revanche, Eduardo, le nouveau secrétaire, était là. Nous les avons rejoints à la fin de leur célébration et avons procédé à la cérémonie civile et à la commémoration de ceux qui sont tombés en montagne cette année. Parmi eux, nous nous sommes souvenus du prêtre Joxean Larrañaga de Guipuzcoa, décédé à la Ripera, Panticosa, tout près de l’endroit où nous nous trouvions quelques jours auparavant. Ensuite, il y a eu une belle cérémonie : Noelia et José Manuel ont répété devant tout le monde le renouvellement de leur relation d’il y a 25 ans. Noelia a ensuite déposé un simple bouquet de fleurs sur la statue de la Vierge qui avait été placée là il y a quelques jours par un groupe de jeunes Français.

Puis nous célébrons notre Eucharistie par grand vent, mais sur l’autel de pierre qui garde une certaine protection. Nous renouvelons le sacrifice de la mort et de la résurrection de Jésus-Christ qui, nous le savons, a une valeur infinie. Nous étions conscients de rendre gloire à Dieu à un peu plus de 3000 mètres d’altitude.

Nous avons été ravis de trouver une nouvelle image de la Vierge récemment placée dans la niche. Elle y a été installée par un groupe de Français conduits par le Père Gaspard Crapet d’Ars, quelques jours auparavant, alors qu’ils se rendaient au Portugal pour participer aux JMJ. Avec un groupe de 164 jeunes, ils ont effectué une randonnée en montagne à travers les Pyrénées et sont pratiquement tous montés au sommet le 27 juillet. Évidemment, ils n’étaient pas tous au sommet en même temps, il n’y a pas de place. Ils l’ont fait en groupe et une fois au sommet, le prêtre leur a donné une bénédiction à l’arrivée. Ils ont laissé l’image sur place, bien protégée, et espérons qu’il n’y aura pas de vandales pour la détruire comme ils l’ont fait avec tant d’autres.

Pendant la célébration de la messe, deux jeunes gendarmes français en uniforme bleu sont arrivés au sommet. A la fin de la cérémonie, nous avons eu une agréable conversation avec eux. Ils nous ont dit qu’ils faisaient partie de la Garde de la Vallée et qu’ils venaient de Casterets.

Nous avons regagné le col avec la prudence qui s’impose sur ce tronçon qui a connu de nombreux accidents, dont plusieurs mortels, l’un d’entre eux ayant eu lieu il y a quelques mois. Nous avons croisé plusieurs alpinistes espagnols et français qui remontaient. Comme toujours, nous avons échangé quelques mots de salutation ou d’encouragement. Je me souviens avoir demandé à un couple de grimpeurs s’ils étaient français ou espagnols, et la fille m’a répondu sans ambages : «Nous sommes basques». Je n’ai rien voulu dire et j’ai continué ma descente.

Après un repas léger, nous avons entamé la descente vers La Sarra, qui était longue et que j’ai trouvée pénible. Nous avons contourné le lac de Campoplano et évité le refuge. Je pense que j’ai ralenti mon groupe à cause de ma lenteur sur les derniers tronçons du sentier. Nous avons atteint les voitures vers 21 heures. Nous étions fatigués, mais avec la satisfaction d’avoir célébré la messe au sommet et de n’avoir eu aucun incident. Je ne sais pas si je ferai l’ascension l’été prochain. Seul Dieu le sait.

Pedro Estaún

7 août 2023

Una respuesta a “Crónica española de la peregrinación 2023 / Chronique espagnole du pèlerinage 2023

  1. Hola, soy Ángel Bello, y este año, por circunstancias ajenas a nuestra voluntad, nos retrasamos mucho en reservar plaza en los refugios, no hemos podido asistir como muchos otros años a la peregrinación, pero tanto Luis Mary como yo, nos acordamos permanentemente de vosotros desde la cima de Tusse de Remuñe, rezamos con vosotros a nuestra señora y desde la soledad de esta cima, también por encima de los 3.000m, estuvimos en comunión con el grupo montañero que formáis. José Mary no nos pudo acompañar físicamente por estar convaleciente de la espalda que lo tiene en dique seco, pero no por ello, dejo, como me comentó, de compartir la peregrinación también.
    Espero que el año que viene, nos volvamos a ver en la cumbre querida de nuestro Pirineo.
    Saludos a todos

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